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miércoles, 23 de julio de 2008

Ja!

Ay, ay, extrañaba esto de escribir updates largos e irrelevantes, para que luego de que los 4.5 becerros que de hecho LEEN lo que escribo terminen de leer ese montón de caracteres agrupados, se den cuenta que acaban de desperdiciar 5 minutos de su vida.

Sí, 5 minutos. El tiempo que podrías haber usado para prepararte un café, fumarte un cigarrillo, o bien llamar a tu madre y decirle que – a pesar de que hace dos meses que no la llamás – la querés (un poco) lo tiraste vilmente a la basura leyendo algo que, desde su comienzo, fue destinado a morir en la mediocridad y el - infecto de mugre – universo que conforman las críticas socioeconómicas.

Ahora, tienes permiso para tomarte tu café, fumarte tu cigarrillo, y realizar esa llamada (que de hecho, será la que probablemente te deje dentro del testamento).